Entonces recordé un texto que escuché hace unos años, lo reescribí a mi manera y quedó así:
Sonríe
Sonríe al despertar, te dará el ánimo para tener un día
exitoso;
Sonríele a tu familia, ellos merecen tu mejor cara;
Sonríe al saludar, obsequiarás alegría a los demás;
Sonríe al hablar, hará más grata tu presencia;
Mantente sonriendo y serás capaz de contagiar tu
alegría.
Sonríe el trabajar, disfrutarás de tus
responsabilidades;
Sonríe al servir, enriquecerás todo lo que haces por
los demás;
Sonríe al ordenar y tu gente se dejará conducir con más
facilidad;
Sonríe al preguntar, eso te facilitará las respuestas.
Sonríe, y embellecerás tu rostro, será una señal para
atraer la atención de aquellos que te rodean,
y si ante la adversidad te atreves a esbozar una
sonrisa, tu espíritu se ennoblecerá.
Recuerda que la expresión más sublime de tu alma es tu
sonrisa,
y sólo con ella puedes dar rienda suelta a tu alegría.
En un mundo que sólo está pendiente de lo malo y donde
lo normal es ser pesimista,
sólo si posees sabiduría y un gozo profundo, sabrá
apreciar el milagro de la creación,
de un amanecer, de los pájaros que cantan, del día y la
noche,
del Sol y la lluvia, de todo lo que lo rodea…
… y, en manifestación de agradecimiento, podrás saludar
cada día con una sonrisa.
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